Cómo cuidar los pies en el Camino de Santiago

Es común que los peregrinos repasen todo tipo de detalles antes de hacer el Camino de Santiago. Por ejemplo, la cantidad de ropa que deben llevar, elegir el tipo bastón, hacerse con un buen abrigo de invierno. Sin embargo, hay algo que muchos pasan por alto: cuidar los pies correctamente.

Sin un buen cuidado de los pies, el trayecto a Santiago de Compostela no solo te ocasionará diversas dolencias, sino que también será mucho más complicado como consecuencia del esfuerzo extra. Por eso, aquí te daremos consejos para mantenerlos saludables y sin lesiones.

Consejos para cuidar los pies en el camino de Santiago

Por regla general, el cuidado de los pies debe empezar antes del viaje. Si eres aficionado al senderismo entonces no tendrás tantos problemas con las largas distancias, pero si se trata de tu primera vez, será mejor que sigas estos consejos acerca de cómo cuidar los pies en el camino de Santiago para un mejor desempeño.

Preparación previa

En concreto, estas recomendaciones te ayudarán a cuidar los pies en el camino de Santiago.

  1. Usa vaselina antes de empezar a caminar. Este truco te ayudará a mantener los pies hidratados y te permitirá reducir la fricción ocasionada por el roce de la zapatilla. Puedes aplicarla en la planta de los pies y en otros lugares sensibles, como los dedos.
  2. Elige el calzado que usarás. Las botas de senderismo e incluso las sandalias son parte del calzado para el camino de Santiago, aunque nuestra recomendación particular es que elijas la opción más adecuada para el tipo de terreno en el que vas a desplazarte. 

Sobre todo, evita hacer el recorrido con calzado nuevos, ya que esto favorecería la aparición de ampollas y rozaduras. Si has comprado un par especial para usarlos en la ruta, asegúrate de usarlos frecuentemente al menos 3 meses antes de tu viaje.

  1. Escoge siempre calcetines especiales para senderismo y preferentemente, elaborados en material sintético y sin costuras, ya que esto evitará la formación de pliegues o arrugas. En cuanto al material, lo mejor será evitar las fibras naturales, como el algodón, ya que absorben la humedad y evitan que el calor se disipe.

Qué no debes olvidar en tu botiquín para cuidar tus pies

Antes de partir, recuerda incluir los siguientes elementos básicos en tu botiquín de primeros auxilios.

  • Gasas, que te servirán para improvisar algún vendaje de emergencia cuando sea necesario.
  • Alcohol, preferiblemente de la variedad isopropílica, ideal para desinfectar heridas. También funciona bien el yodo e incluso lociones medicadas como el Betadine.
  • Agujas para suturar, ya que son ideales para tratar la formación de ampollas grandes.
  • Pomada para heridas. Mucho mejor si la fórmula contiene elementos cicatrizantes.
  • Crema hidratante, preferentemente sin aroma. Esto te permitirá mantener los pies completamente hidratados al final del día.

Lesiones más frecuentes en el camino de Santiago

Al hacer una caminata tan larga, es común que surjan dolencias derivadas del esfuerzo físico. A continuación explicaremos cuáles son las más frecuentes y cómo tratarlas correctamente.

Ampollas

Son las más comunes y se originan por la fricción constante con la piel. Algunos de los factores que las causan son el uso de calzado mal ajustado o con poco uso. Por lo general, aparecen en la planta, el empeine y el área de los tobillos.

Para tratarlas correctamente debes seguir estos pasos.

  • Lava el área afectada para eliminar cualquier rastro de sudor y suciedad. Seca con una toalla limpia, sin frotar.
  • Desinfecta con alcohol o yodo. Permite que seque bien.
  • Si se trata de una ampolla pequeña, haz un corte en la zona central y retira el exceso de piel. Por el contrario, si la lesión es grande pincha para extraer el líquido. Esto se debe a que si retiras la piel perderás la protección natural y no podrás caminar cómodamente.
  • Limpia el área con solución fisiológica y deja secar al aire. Coloca un poco de pomada antibiótica y cubre con una gasa.

Recuerda limpiar la herida diariamente para evitar que se infecte. En unos 5 días la lesión desaparecerá.

Esguinces

Se producen por movimientos que van más allá de los que, normalmente, soporta una articulación. En este caso son ocasionados por los frecuentes desniveles en el terreno y comúnmente afectan al ligamento lateral externo.

Los síntomas más claros son el dolor y la hinchazón, que imposibilitan continuar con el trayecto. En concreto, se dividen en dos tipos.

  • Leves: puedes tratarlos con compresas frías. No obstante, te recomendamos acudir al especialista más cercano antes de usar algún tipo de vendaje, ya que podrías generar más daño en la articulación.
  • Graves: incluyen la aparición de edemas, gran hinchazón y dolores fuertes. En este caso, lo más recomendable es suspender la ruta de inmediato, ya que los tendones y ligamentos pueden verse gravemente afectados.

Estos consejos te permitirán prevenir lesiones en el camino de Santiago.

  • Utiliza el bastón para apoyarte, así podrás minimizar el impacto en terrenos escarpados o con desnivel. También reducirás el riesgo de caídas.
  • Calienta antes de caminar. Al preparar tus articulaciones, estas responderán mejor y se mantendrán en forma. Un ejercicio que puede ayudarte es estirar los pies hacia arriba y abajo, y luego a los lados. Para finalizar, haz movimientos circulares en el sentido de las manecillas del reloj.
  • Elige calzado de media caña. Las botas sujetan el tobillo, garantizando una mejor protección contra las torceduras. Si aparte eliges un modelo con suela gruesa, tendrás mucha más estabilidad.

Onicocriptosis

También se conocen como uñas encarnadas. Para evitar su aparición es indispensable una buena higiene además de cortar las uñas de manera adecuada. Es decir, de forma recta, con borde amplio y sin quitar tejido entre las cutículas. 

En caso de que aparezcan, coloca un trozo de gasa en la zona lateral de la uña. Esto la protegerá del roce y evitará que se siga encarnando.

Pie de atleta

Se origina por el exceso de humedad. El síntoma más común son las pequeñas heridas que producen escozor y molestias. Para tratarlo, basta con seguir las siguientes recomendaciones.

  • Lavar y secar bien los pies después de cada jornada. Preferentemente utiliza jabón neutro en tu rutina de higiene.
  • Coloca una pequeña capa de crema con fungicida entre los dedos. También puedes aplicar polvos antimicóticos o con base en ácido bórico en los calcetines y en el calzado.

Si sufres de exceso de sudoración, también debes incluir un tratamiento para contrarrestar este problema. Como recomendación final, evita entrar descalzo a baños públicos o compartidos.

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