Bastón

Pensar en el uso de un bastón trae a la mente a adultos mayores, personas que hayan sido víctimas de alguna lesión o que sufran determinada discapacidad. Sin embargo, cuando de realizar un peregrinaje se trata, estas no son las únicas razones para adquirir uno, ya que es una herramienta muy útil que sirve de apoyo en ciertos momentos.

Para nadie es un secreto que cualquiera de las rutas que conforman el Camino de Santiago tiene bajadas, subidas, rocas, riachuelos, barro e infinidad de obstáculos que representan grandes desafíos. Esta pequeña vara se convierte en el soporte ideal. Conocido desde antiguo como bordón, muchos más altos que los actuales, eran usados por aquellos viajeros para defenderse del ataque de las fieras que entonces pululaban por los montes, especialmente osos y lobos.

Beneficios del uso de bastones en el Camino de Santiago

El recorrido en sí, al atravesar muchos kilómetros, consta de altos y bajos que probablemente dificulten el avance, por lo que cada individuo está sujeto a riesgos importantes de caídas y lesiones. Con los bastones, las cosas cambian a favor de los caminantes.

Los principales beneficios de su uso son:

  • Favorece los movimientos regulares y el ritmo constante del paso.
  • Facilita la postura adecuada de la espalda y por ende mitiga la fatiga muscular.
  • Mejor sujeción en terrenos inestables, sobre todo en pendientes pronunciadas o bajadas.
  • Ayuda a mantener el equilibrio.
  • Evita tropiezos.
  • Distribución proporcional del esfuerzo físico, contribuyendo a la descarga en piernas en alrededor del 25%. Este aspecto amplía la tonificación de espalda y brazos.
  • Sirve como mecanismo de defensa ante posibles agresores animales, como algún perro o alguna vaca.
  • Los bastones actuales de senderismo, han sido diseñados de manera que puedan plegarse con facilidad y regularlos de acuerdo a la estatura.
  • Sumamente ligeros para trasladarlos sin problema.

Cabe destacar, que el uso intensivo podría originar rozaduras en las manos. Para evitar que esto suceda se recomienda utilizar algún tipo de guantes.

Compañero ideal del peregrino

Con el paso de los años, los peregrinos han adquirido este peculiar objeto, que ha pasado por interesantes transformaciones. El conocido bordón es la pieza originaria, igual de funcional pero que consiste en un trozo de madera (castaño o avellano) o palo pulido con la punta de hierro, que suele ser más alto que la estatura promedio de un hombre en unos 20-40 cm. En el Camino Francés existen muchos establecimientos que lo venden.

Muchos visitantes se sienten atraídos por el bastón, dadas sus características extensibles y adaptables. Les ha resultado muy práctico apoyarse en 2 unidades, ya que consideran que pueden alcanzar ritmos extraordinarios, rapidez y máximo equilibrio del cuerpo. Al elegirlo, es imprescindible considerar estos factores:

  • En el momento de extenderlo hay que verificar que ocurra la formación de un ángulo de 90º a la altura del codo.
  • Aunque los materiales habituales están fabricados en aluminio y acero inoxidable, los de fibra de carbono son más ligeros.
  • Revisar la adaptabilidad y sujeción apropiada de la cinta en la mano y muñeca.
  • Las empuñaduras son de plástico, goma espuma o corcho; estas últimas son suaves y minimizan la transpiración.
  • Se sugiere añadir una contera en la punta, en determinados sitios suele ser obligatorio.
  • Los bastones de 3 segmentos son más eficientes y menos susceptibles a daños.

En el trayecto, hay tiendas especializadas que asesoran a los caminantes, con el propósito de que escojan el que mejor se adecúe a su contextura física. Este apoyo extra resulta muy significativo para vivir una experiencia segura e inolvidable.