Camarín

Durante más de mil años, cientos de peregrinos han atravesado las rutas del Camino de Santiago de Compostela. Aunque transiten por diferentes trayectos, el destino final es el mismo: el sepulcro del apóstol Santiago.

El Camino es mucho más que una peregrinación religiosa. Cada viajero tienen inquietudes y motivaciones diversas. Sin embargo, su espiritualidad y su halo de magia, son constantes que cautivan a todos por igual. 

El camarín es uno de los espacios más importantes del Camino. En él se realiza el abrazo. Uno de los pocos rituales que se mantiene vigente desde los inicios de esta tradición. 

¿Qué es el camarín?

El camarín del Apóstol es el Altar Mayor de la Catedral desde el siglo XVIII. Debajo de este lugar milenario, se encuentra la cripta en la que yace la urna con las reliquias del Apóstol Santiago el Mayor. Se trata de una impresionante obra barroca, que luce detallados relieves en color dorado. Enmarca la estatua románica de Santiago Apóstol, una imagen con más de 800 años. 

Santiago viste una esclavina peregrina, sostiene un bordón de plata y una cartela en su mano. Con un gesto amable, recibe a los visitantes después de su largo viaje. Está ubicado en el lugar más privilegiado del templo, con la nave central abriéndose a su pies. 

El abrazo

El abrazo al Apóstol es el más antiguo y emocionante de los ritos jacobeos, como ya hemos dicho. Nace como consecuencia del afán popular por acercarse a él tras la dura peregrinación. La fuerza emotiva del abrazo, sólo es comparable con pocos rituales en el mundo: el paso por la Puerta Santa durante el año jubileo o la imposición de manos en el parteluz del Pórtico de la Gloria.

En la Edad Media los peregrinos franceses tenían como costumbre murmurar la siguiente frase: “Ami Saint Jacques, recommande-moi aDieu” (Amigo Santiago, recomiéndame a Dios). Por su parte, los viajeros alemanes realizaban la coronatio peregrinorum. Este gesto de satisfacción, consistía en colocarse la corona que adornaba la estatua. 

Hoy en día estas prácticas han desaparecido. Las personas suben por la escalera contigua del camarín y abrazan por la espalda a Santiago. Muchas veces es necesario esperar durante horas para el encuentro. Este gesto milenario simboliza el fin del Camino. Es un momento de contrición, fe y agradecimiento. 

Cada visitante lo vive a su manera. La imagen de Santiago sigue siendo depositaria de secretos, deseos y súplicas. Hay quienes lo celebran como una ocasión íntima, otros la toman en cuenta como un atractivo turístico obligatorio.

En el pasado, cuando los caminantes veían la Catedral desde el Monte del Gozo gritaban la palabra “ultreya”, que traduce “más allá”. Así celebraban el verdadero significado de la travesía a Compostela: aprender a sortear las infinitos obstáculos, para alcanzar la plenitud espiritual. 

La Catedral está abierta a los peregrinos todos los días del año, desde las nueve de la mañana hasta los ocho y media de la tarde. La entrada es gratuita. Las personas que lo deseen puede dejar una donación para el mantenimiento del edificio.