Pazo

La sensación de satisfacción aumenta cuando el conteo de kilómetros disminuye y la meta está tan cerca. En breve, el objetivo se habrá alcanzado y finalmente los peregrinos son recompensados con la Compostelana, gracias a su duro esfuerzo, constancia y dedicación.  

Para poder conseguir este propósito, es necesario un descanso que además de reponer las pilas, sea tan acogedor que sirva como un aliciente más para disfrutar de una aventura inolvidable. 

Unos de estos alojamientos son los pazos, una alternativa tan sibarita que incluso el peregrino corre el riesgo de quedarse y no completar el camino.

Ideal alternativa de alojamiento

Durante todo el camino, se encuentran una gran cantidad de pazos para que regalan a los peregrinos algo más que un merecido descanso. Consisten en estructuras históricas fabricadas en granito o piedra, con estilos muy particulares y que se pueden considerar como casas señoriales. 

Algunos de estos incluyen piscinas y jardines espectaculares, ideales para lograr la relajación y conexión espiritual. Y es que conseguir paz y tranquilidad forma parte de los beneficios importantes que proporcionan estos singulares sitios, aparte de la calidad del servicio y hospitalidad que ofrecen. 

Otro factor a destacar es la decoración de los interiores, que sobresale por el buen gusto, la elegancia y el toque sofisticado. La mayoría conserva la esencia del pasado con un acabado clásico lleno de originalidad. Las grandes cocinas con hornos rudimentarios, escaleras y chimeneas, son elementos que están presentes.

El mobiliario está perfectamente adaptado al ambiente que lo rodea y ha sido ubicado en áreas puntuales para revivir la calidez de momentos antiguos, ya que el toque artesanal añade valor y belleza. Están situados de manera estratégica lejos de los pueblos y obviamente tienen acceso limitado. 

Las vistas espectaculares, valles, el turismo rural en entornos calmados, así como, las diferentes edificaciones que rodean el sitio, son razones de peso para que los peregrinos decidan alojarse en estos especiales lugares.

Atracciones exclusivas que hay que conocer

Para cerrar con broche de oro el recorrido por el Camino de Santiago, los viajeros deben conocer estas construcciones típicas rurales gallegas que están en la zona, con estilo señorial y que fueron habitadas por personalidades importantes de la sociedad.

Los pazos con jardines recreados en la época de la monarquía han sido habilitados para que los visitantes visualicen la diversidad botánica, flora ornamental, palomares, árboles monumentales y demás bellezas cautivadoras. 

Asimismo, hay pazos que integran los servicios de alojamiento con el negocio de los vinos. Cuentan historias fascinantes de las vivencias de las familias que los ocuparon y los huéspedes tienen la oportunidad de visitar las viñas, bodegas y hasta catar el vino que producen.

Incluso para los que anhelan vivir una boda de ensueño, podrán hacer uso de estas extraordinarias instalaciones. Muchos se dedican a actividades relacionadas con los servicios de banquetes y gastronomía tradicional.

La verdad es que alternativa es de las más exclusivas dentro de las opciones para el descanso para el pergrino. A cambio, un descanso en un lugar que hará que el espíritu del camino está más presente y que se escuchen historias de los propios pazos que vinculen más al huésped con la tierra que está pisando.