Vieira de bronce

Durante todo el Camino de Santiago se encuentran diversos símbolos universales emblemáticos: solo con verlos cualquiera puede saber que están relacionados con las magníficas rutas jacobeas.

Los principales signos son las flechas amarillas, los hitos o mojones, la concha amarilla sobre fondo azul y la vieira de bronce. Todas estas forman parte del importante conjunto de elementos de señalización para demarcar la ruta y evitar la desorientación de los visitantes.

Concha con significado especial

Aunque no está claro el origen sobre el uso de las conchas, en algún punto de la historia fueron incorporadas como un objeto trascendental e icono cultural que demarca las distintas rutas del sendero.

Una de las teorías señala que los peregrinos las usaban como vaso para ingerir agua de los ríos, y como eran ligeras se trasladaban con facilidad y estaban a la mano cada vez que las necesitaban. Otros creen que fueron comercializadas en las adyacencias de la Catedral en la Edad Media para que los visitantes las llevaran como recuerdo.

También, hay una leyenda sobre el novio que se lanzaba al mar con su caballo y después de unos segundos, milagrosamente, aparece cerca de la balsa de ciertos peregrinos sin ningún daño aparente, con la particularidad de que su cuerpo estaba cubierto de conchas de vieiras. Como recordatorio del milagro, nació la tradición de que todos los que hagan el recorrido deben portar una.

No obstante, la creencia más destacada tiene que ver con un medio de comprobación por haber efectuado el recorrido por el Camino de Santiago de Compostela. Se recoge en los textos de Códice Calixtino que se utilizaba para diferenciar a los peregrinos en su camino de vuelta y que ya habían llegado en su peregrinación a la Tumba del Apóstol y la portaban como un tributo al Apóstol.

Se exhibía en alguna parte de la indumentaria jacobea, bien fuese en el sombrero, capa o bastón, pasando, en definitiva, a ser una prueba contundente de haber finalizado el trayecto.

Símbolo por excelencia

La señal más observada después de la flecha amarilla y que está presente en todo el itinerario cultural de Europa es la vieira amarilla sobre el fondo azul. Aunque hay otra variante destacada a lo largo del camino, conocida como la vieira de bronce, exactamente igual que la anterior, solo que es de otra tonalidad.

En las fachadas de determinadas viviendas, iglesias, lugares de refugio y hasta el mismo suelo, se han situado de forma estratégica para ser visualizadas por todos los viajeros mientras efectúan la peregrinación.

En la actualidad, ha obtenido alta popularidad y cualquier visitante puede obtener una. De hecho, muchos especialistas de la orfebrería gallega dedican gran parte de su tiempo para fabricarlas con los mejores materiales, de bronce, a mano y bajo los métodos tradicionales. Los artesanos le conceden al turista la oportunidad de conservar este valioso recuerdo.

Ya no hay más tiempo que perder, es hora de asumir el reto y recorrer el espléndido Camino de Santiago, bien sea a pie o en bicicleta. Se trata de vivir la máxima experiencia espiritual, favorecer el encuentro personal, el descubrimiento de asombrosos paisajes, conocer increíbles lugares, culturas e historia y tener contacto directo con la naturaleza.